¿Se puede innovar sin perder el alma? La mesa lo confirma: sí, si tienes claros tus innegociables.

Marc Viñolas contó cómo illy aprendió a moverse como una “startup con 90 años de experiencia”: crecer rápido sin traicionar un legado que actúa de brújula. Núria Font explicó cómo Mango Home abre un espacio propio dentro de un gigante global, con el diseño como ADN y la IA como copiloto que amplía posibilidades. Y Jaume Planella recordó lo obvio —y a la vez olvidado—: en alimentación, si no hay sabor, nutrición, precio justo y sostenibilidad, no hay innovación que valga.

El legado deja de ser lastre para convertirse en marco. La velocidad no significa improvisar, sino despenalizar el error y aprender rápido. La tecnología suma, pero no reemplaza criterio. Y la innovación se sostiene solo cuando hay colaboración real, equipos diversos y, sobre todo, generosidad.

Las preguntas quedan abiertas: ¿cuáles son tus no negociables? ¿Qué te impide moverte más rápido? ¿Tu IA te acompaña o te adormece? ¿Colaboras para aprender o para tachar checklist?