No todas las transformaciones empiezan en un garaje. Algunas lo hacen en una cocina de Maçanet de la Selva, con unas patatas, cuatro amigos y una visión clara: hacer empresa desde el compromiso, no desde el ruido.

Así nació Frit Ravich. Hoy factura 320 millones y se prepara para alcanzar los 600.Una empresa familiar que ha crecido sin perder el norte. Y con una líder que ha sabido convertir la continuidad en transformación.

Judith Viader no llegó para quedarse. Llegó para cambiar las reglas del juego.

• Cambió Medicina por ADE. A los 29 ya era CEO.

•  Apostó por crecer cuando no tocaba: invirtió 12 millones cuando la facturación era de 60.

• Profesionalizó la compañía preservando su esencia: servicio, visión de largo plazo y cultura compartida. 

Desde entonces, ha diseñado un modelo de crecimiento propio:— Integrar distribución como ventaja estratégica.— Construir relaciones a largo plazo con partners como Nestlé, Ferrero o Mars.— Redefinir la dirección desde el liderazgo colaborativo.

Lo llaman FritWay. Un modelo donde el propósito no es un claim, sino una práctica.Donde las personas están en el centro. Y donde crecer no significa escalar a cualquier precio.

El 3 de diciembre, Judith compartirá su visión sobre empresa familiar, transformación sostenible y liderazgo con sentido.